Hace más de una década, junto con un grupo de amigos, me puse a reflexionar sobre la forma de dejar al país una modesta contribución a sus problemas con el aporte de una Fundación comprometida con el bienestar material y espiritual de sus ciudadanos.
Nació así la iniciativa de crear Fundación Astur, con mis aportes y con el apoyo de personas cercanas e instituciones motivados por los mismos objetivos. La bauticé con el nombre de ASTUR en recuerdo de la tierra asturiana en la que nací y desde donde llegué con mi familia. Aquí me encontré con una sociedad generosa que me ofreció educación, oportunidades de trabajo y apoyo sin límites. Pero, sobre todo, el afecto de tantos buenos amigos.
Tenía que definir un objetivo útil para esta nueva aventura. Y lo concentré en dos frentes: el de contribuir a pensar al país en su futuro económico y social; y el de prestar una atención preferencial al bienestar de los mayores, pilar fundamental de nuestra sociedad.
En el primer objetivo pudimos aportar, y seguimos haciéndolo, estudios sobre el Uruguay del futuro, visiones de personalidades con autoridad académica o experiencia política y foros de encuentro para el debate abierto a todas las ideas y opiniones.
En el segundo objetivo, comenzamos a internarnos en los grandes desafíos del bienestar presente y futuro de los mayores. Un colectivo donde Uruguay ha ocupado el primer lugar en América Latina en la preocupación y la atención a su bienestar físico y espiritual. Ese colectivo seguirá creciendo en número y en esperanza de vida y formando un grupo social muy importante de nuestra sociedad. Contribuir a su bienestar y felicidad es un deber que debe seguir comprometiendo la atención de todos los uruguayos y uruguayas.
Pensar cómo abrir puertas a un envejecimiento activo donde quien lo desee pueda dedicar tiempo, y sobre todo experiencia acumulada para seguir construyendo el país.
La Fundación es así una modesta institución donde sus aportes fundamentales están en pensar al país y en fomentar y explorar oportunidades para el envejecimiento activo.
De sus análisis esperamos generar iniciativas para ponerlas a disposición del Gobierno, Departamentos y Municipios comprometidos con el bienestar de las personas mayores. En igual forma aspiramos a seguir movilizando recursos privados de distinto origen, nacional e internacional, provenientes de Instituciones y de Gobiernos que puedan sumar no solo recursos sino también experiencias exploradas en otros países en materias propias en el apoyo a su bienestar.
El futuro de la humanidad debe prepararse para el crecimiento del número de mayores como fruto del bienestar material y la esperanza de vida de sus habitantes. El Uruguay cuenta entre sus mejores tradiciones el reconocer en sus políticas la deuda que todas las sociedades tienen con sus mayores. Seguir fortaleciendo esa atención en sus distintas formas posibles deberá estar presente en el compromiso de todos los uruguayos y de sus Gobiernos. La Fundación Astur ha estado y seguirá comprometida con ese objetivo y con sus acciones, en la construcción colectiva del futuro de nuestra sociedad.